lunes, 1 de agosto de 2011

Vibración universal

11pts
La rana percusionista sideral, el cocodrilo en clave de fa y el niño vudú de las seis cuerdas son amigos. Se conocieron en un lisérgico concierto de “The grateful dead”. Banda espacial que hace música de estrellas.
La cita fue temprano, una montaña de amplificadores, una batería enorme y cientos de cables haciendo una maraña, serían los generadores de las vibraciones para un viaje sin precedentes en donde los espectadores se unirían en una canción eterna, como un de las mágicas improvisaciones de Miles Davis.
Rana percusionista sideral, debidamente prevenida tenia sus baquetas fluorescentes de un verde profundo que brillarían e iluminarían la mente de las personas con hipnóticos movimientos. El niño vudú afinó su guitarra en fa menor, la tonalidad del lamento según los teóricos hindúes. El cocodrilo completaba el “power trio” con su poderoso bajo de notas que no se escuchan pero se sienten. Iniciarían un viaje para telonear a los “Merry Pranksters”. La condición provocar sentimientos desconocidos en los escuchas.
El éxito del “Ensamble Vert” como se hacían llamar, era tan grande que fueron convocados por la AME (Asociación de Músicos del Espacio) para curar una enfermedad que acechaba al mundo de la clave de sol y se manifestaba con lágrimas azules en sus habitantes, esta enfermedad les había robado su tesoro más preciado: el “LA 440”. Los amigos Rana, Cocodrilo y Niño Vudú eran los elegidos este LA 440 y curar al mundo de la clave de sol de esta patología tan grave.
Todo estaba listo; las luces estroboscópicas centelleaban en todo su esplendor. En el escenario entre sombras se observaban los músicos que solo necesitaron 12 compases de frenética introducción para recuperar el “LA 440” perdido. A partir de ese día todas las notas vibraron en armonía eterna.

César Javier Correa, agosto de 2011
Atizapán de Zaragoza. Edomex.

5 comentarios:

  1. Me acordé de esa sección de la revista La Mosca que se llmaba "Eufonías". Donde hacían reseñas de bandas de rock imaginarias pero bien cagadas, como la banda de blues Amanecer Pacheco y los discos Corre Conejo.Estaba chida esa revista.

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  2. Las escribía el Capitan Pijama.

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  3. La música empieza donde se acaba el lenguaje.
    E.T.A. Hoffmann

    En tu caso, la música acaba donde empieza el lenguaje...

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  4. Eso lo dices porque no has escuchado a César (autor del cuento) tocando la guitarra. La hace hablar con tantos pinches efectos que le pone.

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  5. Exacto, las palabras pueden producir el mismo efecto si son bien empleadas, de otra manera, sólo se enmudecen, y por lo que veo siguen mudos ante sí mismo. Pero cómo escuchar si también se es sordo...
    Lean... Lean hasta que les griten las palabras, hasta que se les metan en los ojos, hasta que las regurgiten en el papel, hasta que el papel les suplique por ellas.

    Un escritor no lo es por el hecho de escribir; sino por el acto de leer. Goliardo

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