lunes, 22 de febrero de 2016

Editorial




De las Obsesiones

Todos las padecemos, algunos incluso las disfrutamos (pensamos en dos o tres amigos y su fijación por la caca), otros de plano no saben vivir sin ellas, les son vitales para existir y no se explican la realidad sin obsesiones. El mercado que a todo le encuentra la oportunidad de convertirlo en dinero inventó un montón de preocupaciones innecesarias y hasta que creó aquello del Transtorno Obsesivo Compulsivo, ya somos varios los que encontramos explicación a las manías que nos aderezan la existencia: no poder vivir sin el ser amado, comprar sólo camisas de color azul, lavarnos las manos 5 veces al día (es que están muy sucias), encerrarnos a llorar cada que alguien nos dice lo feos que estamos y el sin fin de posibilidades que usted piensa mientras lee. En fin, que las obsesiones se pueden confundir con impulsos positivos, pero no se engañe, según los expertos padece usted de una patología bien calificada y estudiada, es decir, que usted no está enamorado, nomás no sabe como superarlo, por más que su jefe le aplauda, usted tiene una obsesión no muy positiva con el trabajo; por más que se lave las manos, siempre habrá bacterias que no logró deshacer; si sigue lavando los dientes seis veces al día, no logrará blanquearlos ni le dejara de apestar la boca, al contrario, se le van a caer y no se preocupe, ya cerró y le puso seguro a su cuarto, a su puerta y a la puerta del edificio. Las obsesiones son también colectivas y se contagian, son abstractas, filosóficas y se convierten en preguntas; el ser humano ha vivido obsesionado con saber para qué estamos en este mundo, y qué debemos hacer con la razón que desarrollamos. Obsesionados con el cielo inventamos a Dios, las ciencias,  las ideologías, formas de gobierno, fronteras, razones para pelear y miles de maneras de morir. Sin embargo, no todo es negativo, los expertos recomiendan que si usted sufre de una obsesión la escriba, quizás así encuentre que no es tan grave la cosa, o descubra que sus obsesiones no son tan malas  y puede canalizarlas para ser un triunfador y lograr aquello que se propone. Este mes en Desencuentros les damos un espacio a esas  costumbres que lo caracterizan y lo hacen tan peculiar y singular, quizá le ayudemos a darse cuenta que usted es un loquillo y vale la pena leerlo. 

Comezón


Supongo que todos los hombres se rascan los huevos varias veces al día, cientos de veces a la semana y millones a lo largo de la vida. Si hacemos cuentas y comparamos, resultará que dedicaron más tiempo a rascarse los huevos que tal vez a rezar, hacer obras de caridad, leer o practicar algún deporte y está bien, rascarse es inevitable, una necesidad. Pero lo mío es distinto, por más que me rasco, la comezón permanece y no puedo dejar de rascarme los huevos. Rascarme es lo primero hago al despertar, y sólo me levanto de la cama cuando miro en el reloj que ya es tarde para llegar al trabajo. Me paro y me rasco, me baño y me rasco, desayuno y me rasco, me arreglo, me acicalo y bajo las escaleras mientras me voy rascando los huevos. Y mientras corro, la fricción de los muslos con mis calzones y mis huevos, alivia un poco la comezón, pero no puedo correr tanto tiempo porque me canso. En la calle trato de aguantarme y ser discreto pero siempre alguna vieja me grita "pervertido". Lo siento, pero la comezón no me deja en paz, pienso mientras huyo avergonzado. Las manos me huelen a alcanfor y otros ungüentos que me unto en los huevos para aliviar la comezón, las chicas de la oficina me dicen “el pomadas” cuando les doy la espalda porque se dan cuenta de mi olor. Cuando estoy parado sin caminar platicando con los otros compañeros, para aliviarme muevo mis piernas todo el tiempo como si quisiera hacer pipí, por eso también me dicen el “mion”. Inmediatamente que me encierro en el baño o en mi oficina ¡qué alivio!, me desabrocho la bragueta y me rasco a dos manos, largo y tendido, hasta que timbra mi extensión, tocan la puerta o escucho al jefe gritando "a ver cabrones, dejen de rascarse los huevos y pónganse a trabajar”. Así son todos mis días, así han pasado meses y años. Temo que al final, el epitafio de mi tumba diga que no hice nada de mi vida por estar rascándome los huevos, que todos piensen que fui un bueno para nada y un haragán. Lo que pasa es que la gente no comprende que lo que  tengo es una enfermedad.



Romeo Valentín Arellanes
Nueva Ciudad de México, febrero 2016



viernes, 19 de febrero de 2016

Dona glaseada con guantes y Converse

Una dona gigante cubre su campo visual. Espesa pintura blanca simula los grumos de azúcar glaseada. La parte inferior de la dona tiene una especie de piernas que terminan en unos Converse rojos, de los costados sale algo parecido a unos brazos rematados con guantes blancos. No tiene rostro. Gerardo la mira con su portafolios en una mano y un café gourmet en la otra. Se queda ahí… parado… sin poder mirar otra cosa. Dan las nueve. Camina las dos cuadras restantes para llegar a la oficina. La dona glaseada sigue grabada en su mente.

Junta de las 10:30, el jefe expone las nuevas estrategias y objetivos de la compañía. Gerardo garabatea las páginas color amarillo con márgenes perfectos. La pluma fuente de tinta negra se mueve libremente por el limbo amarillo huevo. Gerardo es sacado de su trance por una lluvia estruendosa de aplausos. El jefe sale satisfecho con una sonrisa triunfadora entre los labios. Gerardo mira el bloc de notas. Lo mira una dona gigante con guantes y Converse dibujada en el papel. Le sudan las manos, siente como su boca se va llenando de saliva. Traga nervioso.

Un par de horas más tarde Gerardo abre su Facebook. Ve fotografías de sus amigos abrazando chicas sensuales. Todas se parecen. Todas tienen los ojos claros, el cabello artificial y el vestido corto. Empieza a confundir a sus amigos unos con otros. De pronto algo salta en la pantalla. Un video. Le da play. Una Dona Glaseada Gigante con guantes y Converse camina por la ciudad. La dona aparece en el ángel de la independencia con una hoja en blanco que lleva un mensaje escrito a mano: “Te estoy buscando”. Gerardo salta instintivamente. Cierra la computadora. Esta mareado. Se levanta. Va al baño. Se lava la cara. Tiene el ansia rozándole el alma. Baja a la calle. Se fuma un cigarro. Vuelve a su estación de trabajo. Abre la computadora. “Todo fue un mal sueño” piensa. Ahí está de nuevo la Dona Gigante Glaseada con guantes y Converse. Se le nubla el pensamiento.

DONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADA Le sudan las manos DONAGLASEADA DONA GLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADA Se le dilatan las pupilas DONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADA DONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADA…

Sale corriendo del edificio. En su mente trata de recordar el lugar exacto en dónde vio por primera vez la Dona Glaseada Gigante. Da dos vueltas a la manzana. No encuentra el local. Camina en sentido contrario a las manecillas del reloj como queriendo volver en el tiempo. Gotas de sudor le resbalan del cuello y humedecen la camisa. Se afloja la corbata. Se detiene. Se recarga sobre sus rodillas. Respira agitado. Pregunta a desconocidos  en la calle por la Dona Gigante Glaseada. Nadie sabe nada. Solo encuentra miradas entre el miedo, el disgusto y el asco. Se lleva las manos a la cara. Grita a la mitad de Reforma. Todos lo miran. Nadie se le acerca. Se marea de nuevo.

DONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADA Manos sudadas DONAGLASEADA DONA GLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADA Pupila dilatada DONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADA DONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADA Boca seca.

Gerardo camina de vuelta a su oficina. Saca su iPhone y abre su Twitter. Le sorprenden los Trend Topics.
#DONAGLASEADA
#DONAGLASEADA
#DONAGLASEADA
#DONAGLASEADA
#DONAGLASEADA
#DONAGLASEADA
#DONAGLASEADA
#DONAGLASEADA
#DONAGLASEADA
#ManosSudadas
#PupilaDilatada
#BocaSeca
#LigeraErección
Dona Glaseada es el hashtag más usado a nivel mundial. Siente una pequeña erección bajo el pantalón. Corre al baño tratando de ocultarla. Se imagina penetrando a la Dona Glaseada Gigante de guantes y Converse. La erección crece. Se masturba. Imagina que su semen es el glaseado de la dona. Eyacula. Esta confundido. Tiene miedo. Tiene vergüenza. Se manchó el pantalón de semen. Toca el liquido viscoso. Usa el dedo índice como espátula y las gotas se adhieren a su piel. Lleva el dedo con semen frente a su boca. Lo mira con detenimiento. Lo prueba. Sabe más amargo que el azúcar glass. Le da asco. Se da asco. Se pierde el asco.

Gerardo pasa el resto del día sentado en su escritorio inmerso en sus pensamientos. No se entiende. No sabe lo que le esta pasando. Le da vergüenza hacer una cita con el psicólogo para tratar de explicar su afición sexual por las donas glaseadas. No habla con nadie. Evita las miradas de los demás. Piensa constantemente en la Dona Gigante Glaseada con guantes y Converse. Espera a que todos se vayan de la oficina. La noche y el silencio lo rodea. Se levanta. Toma sus cosas, pide el elevador. Suena la campana. Se abren las puertas de metal. Gerardo no lo puede creer. Ve una dona glaseada gigante con guantes y Converse. En una mano lleva un portafolios de piel y en la otra su iPhone en dónde parece revisa mensajes.

DONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADA Manos sudadas DONAGLASEADA DONA GLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADA Pupila dilatada DONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADA DONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADA Boca seca DONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADA Ligera erección DONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADADONAGLASEADA Hambre brutal.

Gerardo sube al elevador. No puede dejar de mirar la Dona Glaseada Gigante con guantes y Converse que tiene a un lado.  Entre el piso 8 y 7 presiona el botón de emergencia. El elevador se detiene bruscamente. La Dona Glaseada Gigante con guantes y Converse lo mira sin rostro. Gerardo en un impulso salta sobre ella y empieza a morderla por todos lados. Se da cuenta que esta rellena de frambuesa. Sigue clavando los dientes y colmillos por toda la superficie. La tira al piso, sigue mordisqueando. Muerde. Muerde. Muerde. Se da cuneta que tiene una erección gigante. La más grande que recuerda haber tenido en su vida. Glasea la dona con su semen. El portafolios de piel y el iPhone quedan en el piso manchándose de frambuesa.


* Portada publicada  en el diario Alarma!

LO GLASEA Y LE SACA LA FRAMBUESA.

¡El panadero de la muerte vuelve  a atacar! Como a sus dos anteriores victimas,  a Fernando le  arranca varios pedazos de carne a mordidas. Lo deja sangrando mientras eyacula en su frente. El asesino deja mensaje: “Dona glaseada con Frambuesa” reza el papel.


*Flayer promocional Krispy Kreme México

¡Antojo de muerte!

Sácialo con la nueva Dona Glaseada con relleno sabor Frambuesa.
Disfruta de este especial sólo durante este mes… o ¡hasta que detengan al panadero de la muerte!
Krispy Kreme… ¡aniquilamos tú antojo!


*Líneas extraídas del video “La cumbia del panadero de la muerte”. Hasta el momento tiene dos millones de visitas en Youtube.

            “Amásame / Amásame / Amásame
            Como el panadero de la muerte /
            Hasta que me saques la frambuesa /
            Hasta que te saque el glaseado”


*Fragmento del mensaje a la comunidad de Norberto Gonzáles, jefe de seguridad de la ciudad.

“… Tenemos pistas que nos indican claramente que “El panadero de la muerte” es una mujer. Estamos trabajando en el retrato digital de esta peligrosa mujer que ya lleva cuatro victimas en las últimas dos semanas. Estamos muy cerca de la captura de esta asesina serial que siembra el terror en nuestra pacifica y amigable ciudad…”

*Fragmento del mensaje a la comunidad de Anthony N. Thompson, CEO de Krispy Kreme.

“… Y aunque no apoyamos de ninguna manera los actos brutales que comete este despiadado y desalmado ser que no merece ser considerado como humano, también queremos agradecerles por hacer de la Dona Glaseada con relleno sabor Frambuesa (DGF) el “donut” más vendido de la historia a nivel mundial. Por otro lado queremos deslindarnos de cualquier responsabilidad con respecto a  los 27,246 casos de infecciones de hígado y páncreas, así como los sucesivos 1,456 fallecimientos. Queremos asegurarles que nuestros productos están realizados con altos estándares de calidad y materias primas…”



Diego camina por Reforma. Ve una dona gigante glaseada con guantes y Converse. Se queda congelado. Piensa en el panadero de la muerte. Le sudan las manos, se le seca la boca, se le dilatan las pupilas, siente una ligera erección rozando el pantalón de seda del traje. Se afloja la corbata. Una gota de sudor resbala por su frente, se desliza por las mejillas y se anida en el cuello de la camisa. Diego corre al Sanmborns más cercano, entra al baño, se masturba imaginando penetrando a la dona gigante glaseada, eyacula pensando en el glaseado, suspira profundo, se da asco, nos e comprende.

* El video de Youtube llega a dos mil millones de reproducciones superando al Gangnam Style.

* Captura de pantalla del Wtts App de Norberto Gonzáles jefe de seguridad de la ciudad.
Norberto elmerhomero: Entonces? Quién chingados es el panadero de la muerte sargento?
Sargento: Ese wuey es como Batman del futuro jefe, como el Zorro…
Son un chingo de wueyes, ya todo el mundo se esta aprovechando de esto para matar gente.
Norberto elmerhomero: No me chingue sargento.
Sargento: Por eso no damos con él.
Norberto elmerhomero: No mame sargento!!! Queda fuera del caso, por pendejo.

*Mensaje a la comunidad del Norberto Gonzáles jefe de seguridad de la ciudad.

“… después de la docena de victimas del “panadero de la muerte” decidimos cambiar la estrategia para llegar a su captura. A partir de este momento hay un grupo de forenses especialistas en asesinos seriales traídos del Perú. Este grupos será el encargado de continuar con las investigaciones….”

Diego sale tarde de la oficina. Camina sobre el paso de la Reforma. Lleva todo el día teniendo alucinaciones. En su mente no cabe nada más que la Dona Glaseada con guantes y Converse. Sus distraídos pasos lo llevan. Cuando despierta del hechizo esta frente al Parque Tamayo. El frío le recuerda que se aproxima el invierno. Gerardo camina en sentido contrario a Diego. Lo mira de frente. Ambos se ven cara de Dona Glaseada con guantes y Converse.

DONA GLASEADA. Les sudan las manos. DONA GLASEADA.  Se les dilatan las pupilas. DONA GLASEADA. Se les seca la boca. DONA GLASEADA. Tienen una ligera erección. DONA GLASEADA. Les da un hambre voraz.

Diego se le lanza a las mordidas a Gerardo. Gerardo siente los dientes en la frente. Gerardo toma un mechón de pelo y lo tira con fuerza. Muerde el cuello con voracidad. Diego siente como crece la erección en su pantalón. Se empujan. Se jalonean. Muerden en cada lugar que pueden. Giran en una coreografía extraña. Un ciclista que va pasando grita: “órale pinches Godínez putos…. Consíganse un cuarto no sean marros”. Pasa sin detenerse. Gerardo y Diego se van adentrando en el parque. Entre tirones y mordidas van dejando un rastro de sangre sobre el pasto. Su respiración se agita. Las erecciones crecen. Se separan un instante. Los trajes de marca están manchados de frambuesa. Se miran intensamente a los ojos. Saben que se acerca el final. Controlan su respiración. Con un grito ambos se lanzan sobre la yugular como perros de pela. El grito no alerta a nadie. Los colmillos rasgan la piel y la sangre brota a chorros. Ambos eyaculan en su última bocanada. Caen al piso. Los pantalones manchados de semen, las camisas de sangre. Los dos satisfechos de haber glaseado la dona por última vez. Los dos siendo olvidados de este mundo sin que nadie ruegue por ellos. Los dos se van enfriando con el viento de la noche. Miradas perdidas viendo a las estrellas.


* Portada publicada  en el diario Alarma!
SE PASAN DE PASIÓN. SE VIENEN Y LUEGO LUEGO SE VAN.
Diego y Gerardo, homosexuales de oficina, llevan su pasión hasta el final. En lo que parece un pacto consuman su amor AMORdidas.


Avenida Jan Smuts, Johannesburgo, Sudáfrica. Tangakamira camina a la oficina. Algo llama poderosamente su atención. Se detiene. Su campo visual es absorbido por una Dona Gigante Glaseada con guantes y Converse.


*Fragmento de la conferencia de prensa de Norberto Gonzáles Jefe de seguridad  de la ciudad.
“…  Quiero deslindar del caso del “Panadero de la Muerte” el asesinato de los dos jóvenes ejecutivos en el Parque Tamayo. Los casos no tienen relación… “


Av Zitna, Praga, Republica Checa. Pavel camina a la oficina. Algo llama poderosamente su atención. Se detiene. Su campo visual es absorbido por una Dona Gigante Glaseada con guantes y Converse.


* Páginas interiores de diario local 1826 días después del primer ataque del Panadero de la Muerte.
SE CUMPLEN 5 AÑOS DE LOS CRIMENES DEL PANADERO DE LA MUERTE.
Después de cinco años de los crímenes cometidos por el “Panadero de la muerte” se han señalado varios sospechosos aunque ninguno cumple con el perfil completo del asesino. Cabe resaltar que hay similitudes en la mayoría de los sospechosos. Todos son jóvenes oficinistas exitosos entre los 30 y los 35 años de edad cuyas oficinas se encuentran en los alrededores de la Avenida Paseo de la Reforma. Durante este cinco años los crímenes cometidos por el “Panadero de la Muerte” ha cobrado ya setenta y cinco victimas. Este año solo se cometieron dos asesinatos relacionados con el caso, uno aún en discusión por falta de evidencias relacionado con el modus operandi. Es inadmisible que después de estos cinco años las fuerzas de seguridad locales aún no den con el asesino.


Av Rafha Arabia Saudita. Mohammad  camina a la oficina. Algo llama poderosamente su atención. Se detiene. Su campo visual es absorbido por una Dona Gigante Glaseada con guantes y Converse.

*Nota publicada en el sitio Web asesinos seriales.
PRIMER SECTA DE ASESINOS SERIALES MUNDIAL.
Todo comenzó en México con el “Panadero de la muerte”. Un brutal asesino serial que mordía a sus victimas hasta desangrarlas para después satisfacer sus impulsos sexuales eyaculándoles encima. Este caso nunca fue resuelto por las autoridades mexicanas, lo cual no nos pareció tan extraño hasta que se comenzaron a  dar casos parecidos en Europa, Asia y África. Los casos  nunca fueron relacionados por las autoridades de ninguno de los países involucrados. Pero hay pruebas contundentes de que el modus operandi del asesino es el mismo. Mis investigaciones me llevaron a indagar que el asesino es un multimillonario excéntrico al estilo de Bruno Díaz que puede viajar por el mundo sin ser rastreado. Pero esta teoría la deseche muy rápido. Ahora estoy convencido de que es una secta que se comunica por internet y calcula fríamente sus golpes. Para ellos cada asesinato es un mensaje al mundo corporativo. Cada victima deja en claro que los grandes corporativos están por colapsar y el mundo volverá a ser un lugar donde todos compartamos, seamos equitativos y nos llenemos de amor. Pero no estoy de acuerdo en que para lograrlo debamos generar más violencia de la que nos rodea. Mis investigaciones me llevan a viajar a distintas ciudades del mundo para seguir las pistas de la secta a la que me gusta denominar: “Muerte a los Corporativos”. Estoy muy cerca de dar con ellos. Quiero advertirles que los voy a encontrar y voy a terminar con ustedes. No estoy de acuerdo en buscar la igualdad con la violencia. Tengo recursos financieros ilimitados. Estoy muy seguro de que mi misión en este mundo es dar con ustedes para aniquilarlos. Creo que la expansión del amor es lo mejor que lo podría pasar a este mundo. Así que los voy a quitar del camino para que la gente pueda seguir amándose. Voy por ustedes. Los estoy buscando. Los voy a encontrar.

Luis Membrillo. Detective privado a cargo del caso “Muerte a los corporativos”.




Luis Membrillo, México DF
Febrero de 2016


domingo, 14 de febrero de 2016

Enamorado del amor



Todo comenzó con una despedida, amanecía mientras acomodábamos las cosas que se habría de llevar a su nueva vida, para ese momento y esas horas lo más sincero era doblar dos tres mudas de ropa y empacarlas en un remedo de mudanza. Lo nuestro terminaba en una despedida sensata y consensuada (llena de dolor, de cosas no dichas y anhelos que por supuesto no externaría). Mientras se guardaban las blusas y los pantalones yo evitaba mirar de frente a la realidad, más me valía hacer como que aquello sucedía en un momento y tiempo alternos que escapaban a mi control y voluntad.  Pero sucedía, y mientras todo se empacaba yo miraba de reojo e intentaba descifrar dónde o cómo fue que cometí el error, o si todo era una farsa más de la vida en pareja, pero no, sucedía y yo miraba con resignación como cinco años de vida se resumían a dos maletas llenas de pasado, libros e historias. Nuestra obsesión rindió sus frutos, o mejor decir nuestras obsesiones rindieron sus frutos, la mía por la estabilidad y el miedo al cambio, la suya por la catarsis y la novedad. La misma historia que todos conocemos, una vida que gira sobre su propio eje hasta desgastarlo, donde dos miradas obsesivas se convierten en dos caminos distintos y cada quien decide que lo mejor es mirar para otro lado, aunque duela, aunque lastime. Me cuestioné los por qués, los cómo y los cuándos, los en qué momento, no tuve ninguna respuesta, la verdad nos alcanza cuando estamos más relajados,  o cuando estamos distraídos y seguros, o cuando estamos obsesionados con las pequeñeces de lo cotidiano. Cuando no se encuentran respuestas lo mejor es buscar nuevas preguntas, así que he llenado la vida de nuevas fijaciones,  me acuesto sin decirle buenas noches al destino, duermo en el mismo lado de la cama para evitar acostumbrarme a la ausencia, como en el mismo asiento sin ocupar cualquiera de las otras siete sillas de mi comedor, limpio la taza si es que por casualidad deje alguna gota al orinar, lavo mis manos antes y después de ir al baño. Me lleno pues de pequeñas cosas que me recuerdan que sigo vivo, o que hago para seguir vivo, la rutina como paliativo del desamor. Disfruto mis obsesiones,  son leales compañeras  mientras encuentro algo que no estoy seguro de buscar, los que me escuchan dicen que es cuestión de tiempo y de no intentar, así que yo paciente, ya vendrá la tranquilidad. Se pensará entonces que soy normal, y que las cosas llevan su curso natural, pero no, me preocupa lo que pasará, la incertidumbre de la inestabilidad, termino con vueltas y uñas mordidas, lleno de ansiedad ¿Qué pasará cuando vuelva a amar? 

Raziel Jacobo Correa Alvarado
México D.F.

miércoles, 3 de febrero de 2016

Crónicas de un cabello que no se quiere acomodar

Para  sus mañanas que fueron eternas.

Suena el despertador a las 8 en punto, ella alarga la mano y pulsa el interruptor de apagado, pospone el sueño 10 minutos, lo suficiente para soñar dos o tres veces y sentir que por alguna extraña razón descansó un poco más. Finalmente vence la rutina y la alarma y se levanta, 20 minutos de abluciones, 10 o 15 minutos para escoger la vestimenta adecuada y el calzado que combine, una vez seleccionado el traje adecuado sigue el ritual matutino más excelso y dedicado que haya podido observar hombre alguno.  El cabello que 10 minutos antes se acomodaba a su muy particular antojo, es ahora sometido a una serie de procesos complejos y sucesivos que deben ser realizados de manera sistemática y sin cambio alguno:

1.- Sufre un bombardeo constante de aire caliente acompañado de un cepillado continuo y específico, suave por momentos, frenético en otros.
2.- Es acomodado, ahora a la izquierda, ahora a la derecha, con movimientos meticulosos de mano y cepillo que siguen el mismo patrón antes mencionado.
3.- El fleco (complejo componente del peinado, llámese antiguo, o moderno) es sometido a varios alaciados, ya con el cepillo, ya con los dedos, o con una combinación de los dos puntos anteriores.
4.- Se repiten los pasos 1, 2 y 3 ya que al parecer la forma del cabello no es la adecuada. Ni observa el patrón de peinado que debería tener.


Que virtuosa es la belleza, que retrasa el tiempo en aras de la perfección, se suspende el conteo del reloj y los minutos son eternizados en busca del peinado idóneo, aquel que por una diferencia de milímetros, milésimas y micrómetros es el adecuado y perfecto y no el mismo, soso y aburrido de siempre. El fleco observa una caída en un ángulo obtuso de 97º exactos, el spray encargado de tal efecto cae sobre el resto del cabello fijando en proporción y medidas que sólo el ojo experto alcanza a distinguir, sobra decir que los ojos expertos abundan y es muy difícil no complacerlos. Justo cuando todo parece salir a la perfección milimétrica que semejante empresa requiere, ella suelta improperios y maldiciones al aire, coronando la cantaleta con la frase que todas las mañanas me sacudió, me despertó y me levantó durante cinco años: “Este pinche cabello no se quiere acomodar”.
Raziel Jacobo Correa Alvarado
México D.F. 2016