jueves, 19 de febrero de 2015

CHISMES


LOS CHISMES
Nos contaron que uno de ustedes, queridos lectores, tiene un secreto del que se avergüenza (en realidad más de uno), y si de verdad pasó lo que nos confiaron,  no es para menos que se sientan apenados, menudo problema han causado. No revelaremos el nombre de la persona que nos contó porque no queremos meter a nadie en problemas, y sobre todo,  no queremos parecer chismosos. Sólo adelantaremos que ese “alguien” es muy cercano a ustedes -tal vez su pareja, su mejor amigo o su familiar- y dice estar legítimamente preocupado por ustedes, “angustiado” fue la palabra utilizada. Como Desencuentros es un espacio abierto a la expresión, nos encontramos valorando la pertinencia de publicar semejante revelación, ponderamos las implicaciones sociales y los daños morales, a decir verdad el asunto está muy bueno y merece ser conocido.  Lo que no se vale es andar contando cosas de la gente si no están 100 por ciento comprobadas, o que si las cuentan te dejen en ascuas aplicando el consabido “luego te cuento lo demás”. Pero no se preocupen, les aseguramos que sus secretos están a salvo en Desencuentros, los cuentistas no somos chismosos (en todo caso nos interesa lo que se puede contar) y siempre que escribimos una historia “basada en hechos reales” nos esforzamos por cambiarla lo suficiente y dejamos en claro,  en todo momento,  que nuestro oficio es la ficción, no vayan a creer que nos gusta balconear a la gente, aunque si hay que decir algo, lo decimos. Este mes, en que Los Chismes son nuestro tema ustedes también deberán tener esa precaución si es que deciden enviarnos un relato basado en hechos reales, aunque claro, si quieren contarnos el chisme completo, con nombres, pelos y señales, especifiquen quién,  para tomar las medidas adecuadas y que el afectado no se entere. 

Cuento Godínez

No bien sonó el despertador sentí el último estertor del sueño interrumpido, era lunes después de puente por viernes feriado y aquello era el presagio de un día difícil y lento en su transcurso. Tras vencer los contratiempos de un largo despertar, que incluyó un desayuno frugal, un baño a medias y una vestimenta deslucida pero cumplidora, me dirigí, como todos los días en los últimos 10 años a la Secretaría de Programación y Presupuesto. Ni hablar del transporte, interrumpido, saturado y lleno de caras cansadas pero limpias como la mía. Llegué a tiempo, considerando que  mi entrada es a las 9, llegar a las 9.15 me hacía ver relajado pero dentro de los límites. Si bien es cierto la oficina es un lugar que todos los días guarda sorpresas y detalles para quien este atento, aquél lunes, como antes mencioné, se presentaba soso y aburrido. Mis compañeros se encontraban ya en sus cubículos y olía a café fresco y torta de tamal, lo usual. Al ocupar mi espacio me encontré de frente con la cara molesta de mi compañera  Leticia.

-Me cambiaron mi silla.
-Leti, buenos días, ¿perdón?
-Me cambiaron mi silla, alguien, no sé quién cambió mi silla, esta no es la mía, la mía tenía roto el lado izquierdo y no le servían las ruedas. Mira esta, toda rota y manchada.
-Leti, acabo de llegar,  yo no la tome, mira, la mía conserva la mancha de café y el respaldo roto.
-Ya sé que tú no la tienes, te estoy comentando.
-¿Y quién fue?
-Seguro fue Nohemí, siempre me ha tenido envidia, ¿Ya supiste que fue a ofrecérsele al director?
-¿Al licenciado?, tenía entendido que quiere la jefatura que se desocupó, pero es bien mensa, con razón anda de pronta. 
-Si, ayer me contó Marthita, dice que le iba a entregar un oficio al licenciado cuando lo vio agarrándole la pierna a y hablándole suavecito a Nohemí.
-Chingas, y ¿cómo sabes qué ella tiene tu silla?
-Como ya siente segura la chamba se anda apoderando de todo lo bueno, ayer me platicó Ulises que no encuentra su paquete de hojas, y yo vi a Nohemí imprimiendo unos oficios del licenciado, que casualidad, ella no tenía ni diurex.
-Ahora que lo mencionas ayer se me acercó y me pidió unos reportes de metas y la vi pidiéndole a Padilla los avances del presupuesto.
-Ya se siente jefa, el licenciado de seguro ya le prometió el puesto.
-¿Qué vas a hacer con la silla?
-Ahorita mismo voy a pasar con el jefe, le voy a decir que no se vale, que no hay elementos para trabajar, que no se me respeta mi experiencia ni mis años.
-Está difícil Leti, no es tiempo de reclamos, yo escuche que se viene el recorte duro, ayer desocuparon el piso 8.

Mediodía y las cosas pintaban mal,  esos movimientos, al parecer insignificantes pero ininterrumpidos sólo significaban una cosa, algo iba a cambiar, tras años de experiencia laboral he desarrollado un sexto sentido para estos momentos, la burocracia es lenta pero segura,  observa comportamientos singulares que sólo el ojo entrenado puede ver, justo eso, en el análisis de lo pequeño se encuentra la clave para descifrar los tiempos de cambio, quien piense  lo contrario está equivocado, cuando se mueve al personal, cuando desaparece una engrapadora, cuando se roban la papelería, cuando no se puede conservar el lugar y la silla; son las evidencias claras del cambio sustancial: desaparece la dirección, recorte de personal, se va el jefe, disminuyen el salario. Leticia y yo, viejos lobos de la administración pública lo sabíamos, por eso la alarma. 

-Amigo, encontré mi silla, hubo reunión en el piso 6 y la utilizaron para el personal de la delegación Campeche, me la acaban de traer.
-Menos mal, no estaría de más que le pongas tu nombre atrás, para que la gente respete.
-No es mala idea ¿Me prestas tu cinta canela?

Raziel Jacobo Correa Alvarado
México D.F. Febrero 2015
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lunes, 9 de febrero de 2015

Karma



¡Yo ya lo sabía!, los vi tres veces saliendo juntos cuando iba por él al trabajo; con esa mirada de cómplices no de amigos, mucho menos de compañeros. ¡Maldita perra!, ¿cuántas veces no se habrá reído de mi?, ella y los amigos de mi esposo, porque todos ellos también sabían, ¿cuántas veces no habré sido objeto de una platica de lavadero en la que me tuvieran lastima o de plano me tacharan de "pendeja"?. 

La verdad es que aunque ya sabía no quería creer, hasta que todo fue muy obvio, e incluso en ese momento necesitaba pruebas, por eso lo empecé a vigilar, checaba su celular sin que se diera cuenta, nunca encontré nada, ni una conversación, ni una llamada, ¡nada!, sólo el teléfono que tenia muy casual e inocente de una compañera más de trabajo en sus contactos. Se cuidaba muy bien, sin embargo, algo estaba mal, yo lo sentía, por eso decidí preguntarle a sus amigos, total, si ya hablaban de mi, qué más da que me tacharan de loca. Cuando les pregunté si notaban algo raro entre mi esposo y esa tipa, algunos se hicieron los desentendidos, otros se pusieron nerviosos y lo negaron todo, pero uno de ellos me dijo "no quiero broncas con ninguno, los tres son mis amigos". Esa oración confirmaba mis sospechas, pero seguía sin pruebas, así que le marqué a la chica en cuestión, era momento de enfrentarnos.

-Raquel?

-Sí, ¿quién habla?

-La esposa de Fernando, ¿qué tienes que ver con mi esposo?.

Me colgó y cinco minutos después me mandó un mensaje de sólo tres palabras: "te engaña conmigo". De eso ya van casi dos horas y no puedo dejar de llorar, tampoco puedo pensar en qué hacer, amo a mi esposo pero todas las ilusiones del matrimonio feliz se destruyeron y mientras lloro y maldigo, viene a mi mente otra perra, desgraciada rompe hogares: yo.

¿Será que el karma existe?, pero yo no fui así de cínica ni mala como ella, jamás busqué engañar ni lastimar a nadie, pero la atracción entre los 2 era muy fuerte y por mas que luché contra ella, al final un día terminamos en la cama. Aun así, no me considero como Raquel, yo me alejé antes de que nos descubrieran y lo hice por dos razones, la primera, porque no se él, pero yo ya me estaba enamorando y eso se me notaba a leguas, y la segunda por mi reputación, la gente empezaba a especular y ya había quien de "zorra" no me bajaba, cuestiones que a Raquel creo no le importaron en su caso, me pregunto si algo similar habrá pasado entre mi marido y ella, si también se enamoró, si también ha sido juzgada de zorra rompe hogares. A estas alturas debería de tener empatía con ella pero no, no la tengo, al contrario, la odio más, porque yo estuve en su lugar y me alejé, ¿por qué ella no hizo lo mismo, por qué no se fue sin que la descubriera?, ¿será que lo que tiene mi marido con ella, si es amor, y lo que tuve yo hace tantos años con aquel hombre fue sólo una aventura pasajera, un error en su matrimonio el cual no volvió a cometer? No, no, no... Me rehuso a pensar que solo yo perderé, si el karma me llegó a mi, le tiene que llegar a todos, porque todos somos culpables, todos hicimos algo malo, mi esposo y Raquel, yo y aquel hombre del que era amante, hasta su esposa debió hacer algo malo en la vida para que el destino me pusiera en el camino de su esposo y acabáramos engañándola. 

Pensándolo bien, todo es un círculo vicioso, haces algo mal y quien ayuda al karma a cobrartelo termina también embarrado con karma negativo. No se que haya sido de aquel matrimonio en el que me metí hace tantos años o mejor dicho me metieron, porque sólo ellos dos son responsables de su matrimonio, así como yo del mío; pero si se lo que va a pasar entre Fernando y yo. Lo amo, pero no voy a volver a compartir a un hombre, sea como amante o como esposa. Acepto mi karma y mi responsabilidad y ya que estoy embarrada de porquería y karma negativo, le daré una ayudadita para que le llegue mas rápido el karma a mi esposo y no, no será con un engaño de mi parte, mas bien con las tarjetas, los 3 coches y las 2 casas. De Raquel, bueno, ya me siento un poco más empatica con ella, así que la dejaré que le llegue solito su karma, creo la sociedad se encargara de eso. A estas alturas los amigos de mi marido ya le habrán hablado para decirle que los estoy interrogando o mejor aún, la misma Raquel ya habrá dado la premisa de nuestro encuentro, somos el chisme del momento y la sociedad siempre esta ahí para estereotipar mujeres como "la maldita perra rompe hogares" total, creo que eso no le afecta mucho a Raquel.




Lic. Sandoval.
Atizapán de Zaragoza, Edo. Mex
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