LOS CHISMES
Nos contaron que uno de
ustedes, queridos lectores, tiene un secreto del que se avergüenza (en realidad
más de uno), y si de verdad pasó lo que nos confiaron, no es para menos
que se sientan apenados, menudo problema han causado. No revelaremos el nombre
de la persona que nos contó porque no queremos meter a nadie en problemas, y
sobre todo, no queremos parecer chismosos. Sólo adelantaremos que ese
“alguien” es muy cercano a ustedes -tal vez su pareja, su mejor amigo o su
familiar- y dice estar legítimamente preocupado por ustedes, “angustiado” fue
la palabra utilizada. Como Desencuentros es un espacio abierto a la expresión,
nos encontramos valorando la pertinencia de publicar semejante revelación,
ponderamos las implicaciones sociales y los daños morales, a decir verdad el
asunto está muy bueno y merece ser conocido. Lo que no se vale es andar
contando cosas de la gente si no están 100 por ciento comprobadas, o que si las
cuentan te dejen en ascuas aplicando el consabido “luego te cuento lo demás”. Pero
no se preocupen, les aseguramos que sus secretos están a salvo en
Desencuentros, los cuentistas no somos chismosos (en todo caso nos interesa lo
que se puede contar) y siempre que escribimos una historia “basada en hechos
reales” nos esforzamos por cambiarla lo suficiente y dejamos en claro, en
todo momento, que nuestro oficio es la ficción, no vayan a creer que nos
gusta balconear a la gente, aunque si hay que decir algo, lo decimos. Este mes,
en que Los Chismes son nuestro tema ustedes también deberán tener esa
precaución si es que deciden enviarnos un relato basado en hechos reales,
aunque claro, si quieren contarnos el chisme completo, con nombres, pelos y
señales, especifiquen quién, para tomar las medidas adecuadas y que el
afectado no se entere.
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