sábado, 11 de agosto de 2012

Soluciones apresuradas.

No me gusta hablar de muerte, es deprimente, pero ayer até una soga a mi cuello, más bien una piola,
y me ahorque. Muerto cuestiono las razones, también imagino que no saben que ya estoy fuera del juego, no creo en fantasmas, pero pienso en la cara de mis amigos cuando entren a la casa, tal vez la policía y el fotógrafo además de la cantidad innumerable de personas que verán la foto en el diario, sé
que son ideas vagas, todas ellas a montones, pero dicen que así pensamos.
Y no fue una buena razón, me reuso inclusive a reducir mi venerable muerte en una razón, las palabrasme faltan y al igual me sobrarían para contar la historia, no hay razón, todo viene rápido se va igual, hubo problemas y me les enfrente, luego la virilidad, luego la edad, no soy mayor, apenas 17, pero hay que dar cara a las puertas cerradas y el acné, y mira que era fuerte y también tenía acné, pero eso ya no importa, mi rostro aparecerá en los diarios con un titulo espectacular y seguro nadie notará el acné, y de nuevo me cuestiono, por qué preocuparme de estas cosas, sólo yo, un hombre podría pensarlas.


V.H. Swych.
Estado de México
julio 2012

2 comentarios: