viernes, 14 de junio de 2013

Peces de alabastro


Me retas con la mirada y no me ves 
Cada vez que me pides el gasto tus ojos se clavan en mi billetera
De la misma manera que la lujuria, si esta siguiera existiendo 
El amor tiene un costo 
La libertad nunca existió 

Te despiertas para rehuir mis besos  
Mi aliento me traiciona, huele a tu entrepierna y mi sarro 
El alcohol ahora ayuda a la fidelidad 
Le da la mano al cansancio, al hastío 
Hasta ahora he sido un joven tan viejo

Mi dignidad no me permite decidir entre un hijo o un perro
 

No es falta de compromiso
Yo lo llamo irresponsabilidad absoluta. 
Me torturas con los deberes compartidos 
Yo que nunca limpie nada 
Yo que torturaba a los peces de alabastro 

Tu maldad no conoce límites  
Ambos sabemos que los platos no se lavan solos 
Esas camisas nunca están bien planchadas 
La música nunca está lo suficientemente baja 

Vivo con el temor del fin de quincena 
De las cuentas kilométricas de productos que no existen 
De regalos que nunca festejan nada 
Mientras estas atada a mi torpeza de tratar de arreglarlo todo
Mientras el refri ya no sirve
La tele solo proyecta los canales de TV azteca 
Y el estéreo raya todos tus discos 
Tus malditos discos 

No puedo decirte que no roncas  
Ni explicar por qué mi lado de la cama es gris mientras el tuyo es blanco 
No puedo decirte que disfruto la luna y la lluvia a tu lado 
No te voy a engañar diciéndote que te amo 
Porque no es engaño



Julio Cervantes Ortega 
Tlalnepantla Edomex, junio 2013


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