jueves, 13 de junio de 2013

Próxima estación...


Hubiera sido mejor soportar los hedores del final del día, los férreos codazos por conseguir un asiento, las serenatas revienta-tímpanos del CD con los hits del momento a sólo diez pesos y hasta los pisotones en mis zapatos que con tanto esmero cuidé de mantener brillosos desde la boleada de las 7:30, fumarme un último marlboro. Quizás debí saber que daba igual el vagón que abordase. Ahora creo que el choque de trenes fue una mera formalidad del destino. Ya decía yo que algo había de raro en aquella flaca que me señalo y que al guiñarme el ojo me dejó frío.

Inocente*
Ciudad Universitaria
México D.F.

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