jueves, 2 de febrero de 2012

El Charrasqueado




Por el camino ancho hacia la Cruz viene caminando Chente Castro, lo se por que de a tres horas acá me viene siguiendo, hace rato que pase yo por la Cruz y deje un mensaje escrito en la tierra: aquí estuvo Moisés Alvarado. Si lo ve el que mi persigue se da cuenta que no le tengo miedo y que si sigue derecho me encuentra. Me salí del pueblo nomás empezaron a sonar las campanadas de la misa de gallo, ya me lo había dicho mi mujer, Chente Castro  te va a matar, dice que le debes mil quinientos pesos por el chivo que le mato el charrasqueado. Hace tres semanas que se me perdió el charrasqueado, mi mejor perro chivero, y digo chivero porque le gusta matarlos y bañarse en su sangre, no se los come nomás se mancha todo de sangre y después anda todo contento corriendo por el monte. Y hace tres semanas se me perdió y llega mi mujer con la razón de que el perro andaba por el monte matando chivos y que Chente me busca por el dinero que le debo. Vengo al monte a ver si de casualidad veo al charrasqueado y de paso que lo agarro y lo amarro al maxocote pa que se este cuidando el terreno. Si lo tengo desde cachorro, me lo encontré en la calle, más bien digo en el cerro de peña blanca, su madre ya estaba muerta igual que los otros cuatro cachorritos y pensé que desde cría este perro era corrioso, por eso me lo traje a la casa, nomás que salió muy bravo, me mato dos puercos un chivo y todas las gallinas. También se le avienta a la gente y ya van tres niños que muerde, el único que se salva es Federico, el loro de la casa, nunca se lo ha comido el perro. Federico anda suelto por la casa y anda jodiendo al charrasqueado todo el tiempo, aquel nomás se echa y llega luego el Federico a jalarle la cola con el pico y estarlo moliendo, el perro se voltea agarra al perico con el hocico lo zarandea y lo avienta al suelo, y el perico se va volando y mentando madres. Lo que me preocupa ahora es ese Chente, porque a mi no me hace nada, pero si encuentra primero al perro, se lo echa. Ya llevo más de dos horas aquí parado, que no aparecen ni el charrasqueado ni Chente, me sospecho que ya se canso aquel de seguirme, aunque sea, yo traigo el machete por si se ofrece. Y ya parece que viene un hombre y se me figura que es Chente, ahí viene el condenado, si es, cómo no va ser si desde aquí se ve la cara de pendejo que nunca ha podido quitar. 

- Que cosas quieres tú que me andas siguiendo desde que salí del pueblo.

- Nomás quisiera yo Moises que te sirvas pagar un chivo que me mato tu perro y que por lo mismo me debes mil quinientos pesos.

-¿Y quien te dijo que fue mi perro?, ese anda perdido en el monte y no se sabe nada del.

 -Pues eso mismo se yo  y en el monte andan también mis chivos y el que se murió, nomás lo mataron y no se lo comieron, que por eso no fue un coyote o un gavilán.

-No te pago nada hasta no se vea que fue mi perro el que mato tu chivo.

-Me pagas o me cobro por la fuerza.

-Pues Tu dirás

Este Chente ni hace nada, que se esta haciendo pendejo nomás, me ve y me ve y no me suelta un machetazo.

-Ah, no es bueno morirse por pendejadas, pero que queda que si mato tu pinche perro quedamos a mano.

Tiene razón, si fue mi perro pus ni modo y si me lo matan ahí queda. Pero donde que el condenado perro no aparece, y mejor me voy al pueblo no vaya a ser que ya regresó y yo todavía lo ando buscando en el monte. Mira nomás  si ese que esta ahí tirado al lado del chorro es el charrasqueado, mira nomás que esta todo balaceado, pero si hasta lo acuchillaron y se ve que lo paso el tren, pobre animal que se lo echaron y con saña. Lo quería, quería al pobrecito animal, pero se lo tiene por haber sido tan bravo y condenado, ya no le debo los mil quinientos a Chente pero me duele ver a este animal aquí, así, parece que lo mataron como si fuera hombre que pago venganza. 

-Oye mujer que estaba el charrasqueado tirado al lado del chorro, bien muerto.

-Si lo mato Chente, que así se cobraba su dinero, dijo. Se lo encontró ahí donde dices cuando venía del monte, me lo vino a decir, y también me dijo que no me preocupara que a mi marido no le había hecho nada.

- Cabrón,  se vengo muy feo del animal.

-Al menos ya no se le debe y  ese perro era muy malo, mataba mucho chivo.

-Será, pero no me quedó muy claro si fue el charrasqueado o no el que mató al chivo.




Raziel Jacobo Correa Alvarado
México D.F.

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