miércoles, 22 de febrero de 2012

Editorial



Los Animales

En la literatura hay innumerables relatos dedicados a los animales. En novelas, cuentos y poemas muchas veces son personajes principales o compañeros memorables (Pensemos en Babieca, Rocinante, Óptimo-Máximo). Pero los animales son más que simples compañeros del humano, si desde Darwin y Freud quedó claro que la línea biológica y psicológica que nos separa del animal es casi inexistente, en la literatura no hay diferencia alguna. Es en las fábulas clásicas donde se representa más explícitamente el papel que los animales juegan como símbolo de la condición humana: más que compañeros y “criaturas inferiores” son representaciones de nosotros mismos. Los animales se han vuelto íconos de las virtudes (astuto como un zorro, sagaz como un águila) también de los defectos  (ponzoñoso como víbora, fácil como perra); los sapos, las ratas y las cucarachas representan la repulsión; el águila la sabiduría, el león la valentía, el perro la fidelidad y un largo etcétera.  Este mes en Desencuentros,  hablaremos de los animales y su relación con los seres humanos, o mejor sería decir, de cómo los animales reflejan, con sus muy particulares características, las pasiones, sentimientos y virtudes de lo que muchos aun se empeñan en llamar naturaleza humana.  

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