martes, 14 de abril de 2020

X_X



al pasar por el espejo, mejor volteo la mirada 

no quiero ver lo que refleja

y lo que se refleja no quiere ser visto

a veces no encuentro como poder seguir con esto

ajeno, toda esta nueva experiencia me es insólita

seguido me siento así, cuando hablo con alguien espero que no me pregunten nada

no encuentro como contestar

sin que se inunden las retinas

recordando algún área

de las pecas o la espalda, recordando alguna plática o detalle, es lo malo de prestar demasiada atención, pensamientos lúcidos de las diversas confusiones

después de evacuar prolactina y adrenocorticotropina

el pecho se siente menos tenso

como si algo me protegiera con un poco de ternura

y supongo que así se sigue

sin saber cómo

me siento avergonzado

el saberse dejado de lado por la persona que crees que mejor te conoce

es una carga cada hora, una habitación de vergüenza

no me dejo hundir, pero no dejas de hundirte, levanto la cabeza y envío un correo del trabajo, abro la boca y trato de sonreír

pero mi semblante no engaña a nadie

los músculos de la parte superior de la cara se sienten flojos y los de la parte inferior adoloridos, como si tuviera unos braquets fantasma y fiebre

digo una broma y me avergüenzo

como si estuviera desnudo entre gente vestida, o como un niño eufórico tratando de comportarse

odio un poco los nuevos términos de esta vida

pero es un odio puro, como un ángel

mi playera está sucia

no es que no supiera que fuera a pasar, son los adjetivos que se imputan lo que me desconcierta

no creo haber causado tanto daño, debe haber una confusión

ojalá pudiera sentir el suave toque de una dentadura arrancando la piel que a nadie le importa tocar

el torso que parece un nido de abejas,

es mejor esconderse de nuevo del tipo en el espejo, aquí nadie es un mártir

o un recuerdo de esos que uno trata de olvidar

como esos inolvidables días siempre truncos, donde la felicidad palidecía a la puerta de su casa

como si yo fuera un peligro

como pechos lactantes llenos de amabilidad y hostilidad, de los cuales nadie quiere beber

pero empiezo a creer que no hay vuelta atrás

como cuando el gemelo que sobrevive al parto tira del cordón umbilical que se enreda en el cuello de su hermano

ten fe, todos estamos vivos y poco a poco no lo estaremos






Julio Cervantes Ortega
México, abril de 2020




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