Antes que todo, me siento con la obligación
moral y profesional de explicar mi total ignorancia en materia de parábolas, mi
entendimiento se limita a tomar por parábola todo aquello que en su recorrido
se curvea y en ningún momento contempla la figura literaria. Así que admito el
error si no comienzo diciendo: érase una vez un torpe. Aclaración dada. El torpe
por supuesto es un torpe aquí, en China y Trípoli, entiéndase por torpeza la
capacidad innata de ciertos individuos a estropear todo aquello que es
estropeable y lo que no. Faltos de ese sentido instintivo de precaución, los
torpes andan por el mundo, como dice el dicho, a la buena de Dios. No se
confunda torpeza con estupidez, o incapacidad mental del individuo, la torpeza
nace de la distracción cotidiana de las personas y de su costumbre de pensar una cosa por otra
y hacer lo contrario a cualquier cosa que haya pensado. Así, el torpe es un ser
extraordinario capaz de buscar la tarde entera las llaves que carga en el
bolsillo, o de usar un zapato rojo y otro gris, o de comprar semillas de
girasol cuando no tiene loro, o de vender la televisión para comprar el DVD
(antes era videocasetera pero hay que estar con los tiempos), o de asegurar que
vio un perro blanco con manchas blancas. Ejemplos los hay demasiados, se usan
aquí como un muestrario de equívocos perfectamente reconocibles en muchos
individuos, sin importar raza, color, clase social, nivel académico o poder
adquisitivo; la torpeza no hace distinciones. Al decir "El Torpe" no hacemos una
distinción de género, nos referimos al individuo como ser humano en su
conjunto, es decir, incluye a hombres y mujeres por igual. No caer en el error
de confundir torpeza con distracción, la mente trabaja de manera lógica todo el
tiempo y no permite distracciones; la torpeza nos atrevemos a asegurar surge al
confundir la función de la mente con la del cuerpo. El cuerpo hace lo que la
mente no piensa, actúa de manera autónoma, con las consecuencias esperadas:
desde accidentes pequeños, hasta grandes catástrofes, no es lo mismo ver a
Arquímedes corriendo por la calle desnudo, que por torpeza del creador haber
nacido con vesícula que no sirve para nada. Por cierto que Dios ha dado claras
muestras de ser torpe, torpeza es haber creado al hombre a su imagen y
semejanza, torpeza es otorgarle libre albedrío sin pensar en las consecuencias.
En fin, si usted es torpe y se reconoce en lo antes mencionado, no se frustre
ni deprima, no es usted una minoría, los torpes abundamos por el mundo. El
torpe nace, no se hace, pasaran lustros antes de aprender a combatir la torpeza,
producto, como pudimos observar incluso, del mandato divino. Mientras uno no
muera por torpe, podemos concluir que la torpeza hasta tal punto no es, ni
será, mortal. Aunque, quién sabe.
Raziel Jacobo Correa Alvarado
México D.F.
Ó un Blu-Ray para tenerlo en HD.
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