-Claro, a final de cuentas es usted un hombre.
-No, soy una mujer atrapada en un cuerpo de hombre, ¿ya se le olvidó que por eso vengo a terapia? Que poco profesional.
- Es cierto, perdone, entonces supongo que es usted un poco lesbiana también.
- Por eso estoy en un apuro doctor, no sé si valga la pena deshacerme completamente de mi pene.
- Difícil decisión. ¿Podría mostrármelo una vez más por favor?
-¿Mi pene?
-Sí.
-¿En serio? No sea usted abusivo.
-Es parte de la terapia. Por favor proceda.
-Está bien, mírelo.
-¿Me permite tocarlo?
- Pero tenga cuidado.
- Tiene buen tamaño y una textura muy suave.
- Con cuidado doctor, ¡ay! no sea brusco, recuerde que soy una chica.
- Dese la vuelta por favor y reclínese sobre el diván
-¡Ay! doctor es usted un marica.
-Por supuesto que no ¿A caso no es usted una mujer?
-Tiene razón, pero es usted un pésimo analista.
- Tiene buen tamaño y una textura muy suave.
- Con cuidado doctor, ¡ay! no sea brusco, recuerde que soy una chica.
- Dese la vuelta por favor y reclínese sobre el diván
-¡Ay! doctor es usted un marica.
-Por supuesto que no ¿A caso no es usted una mujer?
-Tiene razón, pero es usted un pésimo analista.
Romeo Valentín Arellanes
Tlalnepantla Edomex, marzo 2012
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