De las Obsesiones
Todos las padecemos, algunos incluso las disfrutamos (pensamos en dos o tres amigos y su fijación por la caca), otros de plano no saben vivir sin ellas, les son vitales para existir y no se explican la realidad sin obsesiones. El mercado que a todo le encuentra la oportunidad de convertirlo en dinero inventó un montón de preocupaciones innecesarias y hasta que creó aquello del Transtorno Obsesivo Compulsivo, ya somos varios los que encontramos explicación a las manías que nos aderezan la existencia: no poder vivir sin el ser amado, comprar sólo camisas de color azul, lavarnos las manos 5 veces al día (es que están muy sucias), encerrarnos a llorar cada que alguien nos dice lo feos que estamos y el sin fin de posibilidades que usted piensa mientras lee. En fin, que las obsesiones se pueden confundir con impulsos positivos, pero no se engañe, según los expertos padece usted de una patología bien calificada y estudiada, es decir, que usted no está enamorado, nomás no sabe como superarlo, por más que su jefe le aplauda, usted tiene una obsesión no muy positiva con el trabajo; por más que se lave las manos, siempre habrá bacterias que no logró deshacer; si sigue lavando los dientes seis veces al día, no logrará blanquearlos ni le dejara de apestar la boca, al contrario, se le van a caer y no se preocupe, ya cerró y le puso seguro a su cuarto, a su puerta y a la puerta del edificio. Las obsesiones son también colectivas y se contagian, son abstractas, filosóficas y se convierten en preguntas; el ser humano ha vivido obsesionado con saber para qué estamos en este mundo, y qué debemos hacer con la razón que desarrollamos. Obsesionados con el cielo inventamos a Dios, las ciencias, las ideologías, formas de gobierno, fronteras, razones para pelear y miles de maneras de morir. Sin embargo, no todo es negativo, los expertos recomiendan que si usted sufre de una obsesión la escriba, quizás así encuentre que no es tan grave la cosa, o descubra que sus obsesiones no son tan malas y puede canalizarlas para ser un triunfador y lograr aquello que se propone. Este mes en Desencuentros les damos un espacio a esas costumbres que lo caracterizan y lo hacen tan peculiar y singular, quizá le ayudemos a darse cuenta que usted es un loquillo y vale la pena leerlo.
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